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Este mes nuevamente estoy desarrollando mi labor como docente del módulo “Innovación en Procesos” en una nueva edición del Máster en Gestión de la Innovación Empresarial que se imparte en la EAE-OBS.

A lo largo de los diversos debates que se han ido generando se repiten los comentarios sobre las diferentes situaciones que se encuentran tanto en su vida profesional como personal en las que las ineficiencias en los procesos les generan incomodidades o perjuicios. Algo que, alguna vez, todos también sufrimos.

Lo relevante es que uno tiene la impresión al leer los diferentes casos es que, si se dedicase un poco de tiempo a describir y analizar el proceso para posteriormente desarrollar soluciones innovadoras que eliminen o reduzcan esos perjuicios se podrían obtener una mejor imagen frente al cliente y, unos mayores ingresos al eliminar las ineficiencias.

Pero no estoy proponiendo la “gran innovación tecnológica” lo que propongo es innovar en la forma de hacer las cosas, algunos lo llaman mejora; pero lo que yo entiendo que es una mejora es “hacer lo mismo un poco mejor”. En cambio, si adoptamos en nuestra empresa, formas de llevar a cabo las tareas o los procesos que conozcamos de otras empresas  o sectores, para nosotros es una innovación. Y, esto nos daremos cuenta cuando pretendamos ponerlo en marcha por el “grado de resistencia al cambio” entre las personas afectadas; es decir, “El innovador se transforma en enemigo de todos los que se beneficiaban con las leyes antiguas, y no atrae sino la amistad tibia de los que se beneficiarán con las nuevas.

Para obtener una importante capacidad de innovación es la que se produce si utilizamos de forma sinérgica dos metodologías, el Value Stream Mapping y el SMED.

Por un lado el uso del Value Stream Mapping nos permite describir el proceso incorporando el valor de las diferentes etapas y también las “perdidas de valor” que se producen. Y por el otro el SMED nos permite desarrollar las innovaciones en el proceso que harán disminuir las pérdidas de valor.

El potencial del SMED lo podemos ver en  este video:

 


Es un ejemplo quizás extremo, pero nos enseña cómo se puede “innovar” en un proceso mediante el uso de la inteligencia creando nuevos útiles y renovando la forma como se llevan a cabo las tareas. Si lo comparamos con otro ejemplo de cambio neumáticos, entonces nos damos realmente cuenta de la innovación:

 

Innovamos en lo que hacemos cuando lo hacemos diferente de cómo lo hacíamos antes.

¿Ya estás pensando en que te incomoda y cómo podrías innovar para solucionarlo?

 

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2 comentarios

  1. Gian luis:
    realmente considero que este curso nos ha aportado muchos temas nuevos que apoyan el proceso de innovación
    gracias
    mireya

  2. realmente este mes ha sido de grandes aportes en el conocimiento de las herramientas y bases que apoyanla innovación en procesos
    gracia

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