El físico italiano Alessandro Garofalo tras más de 25 años en el mundo de los negocios describe lo que considera son las características de los innovadores:
«La mayoría de nosotros pasa mucho tiempo en el ámbito de la negación: No creo que se pueda aprender mucho más si hacemos salir siempre todos los mecanismos de defensa frente a una nueva idea. Haciéndolo así cerramos las puertas al crecimiento y tendremos más dificultades a diseñar nuestro futuro.
Los «innovadores», por el contrario, saben reconocer la incertidumbre y aprenden a convivir con ella; admiten los errores, de hecho, los aprueban, reconocen la ambigüedad de su propio rol y de la situación, y aprenden a vivir. Básicamente un «innovador» es alguien que ha sido capaz de romper los patrones de referencia, los paradigmas mentales. El innovador ve más allá y no se hace condicionar por los filtros que nos hacen ver la realidad sólo de una manera. Creo que muchas veces nuestro deseo de no hacer está ligado a no querer ponerse en discusión, a no querer arriesgar: es más cómodo no hacer. El innovador no crea una excusa para la inacción: hace y rompe el patrón.»
Veamos las palabras clave: Incertidumbre, errores, ambigüedad, romper, ver más allá, hacer.
Es esta última la más importante: hacer. Si no hay acción, no hay innovación.
Vivir con la incertidumbre y la ambigüedad;
admitir los errores;
romper esquemas, paradigmas y patrones;
ver más allá de las cosas y de las situaciones;
son todas situaciones mentales, son intangibles que no suponen actuar.
Es con el hacer que se pone en marcha la innovación.
Si queremos innovar, hay que hacer.