Las innovaciones vinculadas a la denominada Industria 4.0 mantienen un ritmo de crecimiento exponencial, lo que da idea de la importancia que está adquiriendo este nuevo paradigma tecno-económico. Aunque hemos de confiar en que como ha ocurrido a lo largo de la historia esta revolución tecnológica presentará ventajas para la humanidad también hemos de ser conscientes que presentará incertidumbres e inconvenientes.
En diversos foros se ha hablado del impacto en el empleo que puede suponer la Industria 4.0, y las opiniones se reparten en toda la escala desde los que visualizan un futuro de más empleo que requiere otras competencias y conocimientos hasta los que visualizan un futuro apocalíptico.
Si unos u otros tienen razón podríamos dejarlo a la evolución, o bien transformar las circunstancias para que se produzca lo que creamos que es más conveniente a nuestras necesidades.
Y así, si nos focalizamos en el uso del Big Data y el Internet de las Cosas podríamos plantearnos la creación de equipos formados por personas de diferentes edades, conocimientos y experiencias. En estos equipos los jóvenes podrían aportar sus conocimientos en las nuevas tecnologías, en los nuevos programas, en los nuevos lenguajes mientras que los de mayor edad aportarían su conocimiento del entorno en que se han de utilizar esas tecnologías. Por ejemplo el uso de dispositivos que recojan los datos de los procesos en las líneas de producción o en el uso de los productos en casa de los clientes permitiría obtener numerosos datos que hagan posible una mejor comprensión de cómo se usan y para que se usan. Mientras que los jóvenes se encargarían de escoger las tecnologías más adecuadas y programar las aplicaciones para la captura y el análisis de los datos. Los senior decidirían cuales son los parámetros que se deben analizar y ayudarían a interpretar los resultados de esos parámetros.
Las decisiones que se han tomado a lo largo de una vida profesional se han basado en los datos disponibles, pero muchos de esos profesionales eran conscientes que si hubieran tenido determinados datos esas decisiones podrían haber sido mejores. Por eso el Big Data y el IoT representan una oportunidad para conocer datos que hasta ahora no era posible. Pero si la decisión de que datos hay que considerar se deja en manos de los jóvenes no siempre decidirán lo más adecuado, simplemente por una cuestión de vivencia y experiencias (El diablo sabe más por viejo, que por diablo).
Por este motivo creo que la Industria 4.0 puede suponer un campo de experimentación de una relación entre generaciones en el ámbito laboral que debe considerar una cambio disruptivo que cuestione los paradigmas existentes, y que permita un nuevo entorno de trabajo diferente y mejor.
P.S.: Mañana jueves participaré en un webminar sobre Industria 4.0 coorganizado por EAE y OBS.