Una de los mayores retos que se le presenta a una multinacional innovadora o que quiere ser innovadora es como conseguir que en todas las filiales exista la misma “cultura de la innovación”, que sea la cultura de la innovación de la empresa.
Ahora bien, ¿es eso posible?, ¿puede tener la misma cultura en todas sus filiales?
Creo que una cultura global igual en todas no es posible porque cada entorno es diferente, ahora bien cuanto más similares sean las culturas mayor grado de similitud puede existir. Dos filiales en la misma área geográfica pueden tener más similitudes que filiales de áreas geográficas diferentes, y por tanto tener una mayor facilidad en tener una cultura de innovación similar.
Pero uno de los factores que inciden en la obtención de una cultura común es que los objetivos que debe conseguir la Dirección sean similares. Si en una de las filiales se marcan objetivos de crecimiento en nuevos productos y sectores mientras que en otra se marcan objetivos de eficiencia operacional, entonces es difícil que a medio plazo la cultura de innovación sea la misma. Ya que tenemos que una de ellas tiene el reto de caminar avanzar en situaciones y entornos nuevos por lo que la necesidad de utilizar la innovación es un hecho necesario; en cambio las situaciones de eficiencia lo que suponen es volver a caminar por el mismo entorno conocido por lo que la necesidad de utilizar la innovación, aunque sería necesario que fuera la misma, no tiene los mismos incentivos, ni motivaciones.
Curiosamente está es la situación que se produce en muchas filiales se les pide actuar de forma que reducen de forma progresiva su iniciativa innovadora porque se les piden objetivos para los que la innovación es una alternativa con, a priori, baja incidencia.
Por ejemplo actuaciones de eficiencia operacional para la reducción de costes muchas veces son objeto de mejoras incrementales sin desarrollar innovaciones cuando una adecuada visión podría utilizar la innovación para conseguir unos mejores resultados. Demasiadas veces cuando se habla de reducir costes se actúa con las mismas recetas de poca inventiva.
Otra situación que incide en la capacidad de desarrollar una cultura innovadora es cuando el entorno en que se mueve la empresa está regulado de forma ostensible, especialmente en los precios, en este caso a veces la capacidad de innovación viene coartada porque los costes que supone desarrollar determinadas innovaciones no se van a amortizar en un plazo razonable. Con ello no se incentivan las innovaciones de calado sino las incrementales.
Pero en la regulación también incide si está es cambiante demasiado a menudo porque entonces no hay garantías que las inversiones se puedan recuperar. Si no hay verdaderas garantías de una estabilidad en el tiempo entonces nadie se va a arriesgar.
Estas reflexiones y otras que podamos hacer nos llevan a la conclusión que en una multinacional lo que vamos a tener es una glocalización de su cultura de la innovación.
Pero, si se consigue que la cultura de la innovación se base en unos pocos principios que podamos considerar universales, es decir, que son independientes de la cultura del país en que esté ubicada la empresa; entonces tendremos que la cultura de innovación será más global que local.
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