La innovación y la marca son dos factores fundamentales en el crecimiento y la supervivencia de las empresas (y también de los profesionales) en el mercado.
La innovación en productos y servicios, si viene respaldada por una marca fuerte, tiene más posibilidades de alcanzar el éxito que si la marca es débil o poco relevante. Y a su vez, una marca fuerte que ofrece innovaciones de éxito de forma continuada aumenta su fortaleza.
Es muy importante, pues, que cuando queremos innovar tengamos en cuenta la marca. Si nos encontramos en la situación que todavía no tenemos una marca relevante, tenemos que hacer las acciones adecuadas para que el mercado considere que las innovaciones que comercializamos aumentan el valor de la marca. Esto quiere decir que tenemos que hacer una evaluación del «valor potencial de marca» de cada una de las funciones y características del producto/servicio que estemos desarrollando, si es posible, esta evaluación tendría que empezar a hacerse cuando se inicia el proyecto.
En productos que ya tienen marca fuerte se hará una valoración de cuál es la actuación de las innovaciones que se quieren desarrollar en el «valor de la marca». Hay que tener en cuenta que a menudo hay innovaciones que «desvalorizan» una marca, y esto es una situación muy poco deseable.
Es importante pues cuando queremos innovar que nos preocupe el aumento del valor de nuestra marca, o de la marca del producto/servicio que se está desarrollando.
Una marca fuerte ayuda a vender y una venta elevada aumenta el valor de la innovación.