En los últimos tiempos el nuevo paradigma empresarial es lo que se conoce como «entornos VUCA» que corresponde al acrónimo en inglés de «Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad«. Mientras que para muchos estos elementos se ven con preocupación, en cambio para la ingeniería lo que se ve es un mundo de oportunidades porque una de las ocupaciones de la ingeniería se resolver problemas que incluyen variables VUCA.
Dentro de los modelos de gestión que permiten desarrollar una mejor capacidad de respuesta a estos entornos se encuentran los que se fundamentan en los principios de las filosofías ágiles. Ahora bien para que las empresas puedan utilizarlas de forma adecuada es necesario que dentro de su cultura se hayan establecido y se incentiven valores como: la transparencia, el compromiso, el foco, la franqueza, el respeto, el coraje, el trabajo en equipo, la confianza, la colaboración, la honestidad y la comunicación. Si se analizan en detalle vemos que todos ellos forman una cadena donde su fuerza es consecuencia de la fortaleza del eslabón más débil. Y esta debilidad se encuentra a menudo en la capacidad de la Dirección de la empresa en mantener en su actuación cada uno de estos valores.
Es en el ámbito de la gestión de las personas donde se encuentra un elemento estratégico que permite la diferenciación disruptiva de una empresa, como es la adopción de modelos de Compensación Total para atraer y mantener el talento que nuestra empresa necesita.
Prepararse para convivir con entornos VUCA pide incorporar la gestión de riesgos que es un elemento inherente a cualquier proyecto de ingeniería bien diseñado y desarrollado. Esto supone una ventaja para las ingenierías de cualquier dimensión, dado que su implementación dentro de su estrategia no les representa incorporar un elemento extraño; además les da un elemento de influencia en la fidelización de los clientes actuales o en la captación de nuevos por la experiencia adquirida.
Un elemento necesario es también una Gestión de la Innovación, entendida como factor estratégico que esté sistematizado por toda la empresa con una visión de proceso global donde pueda participar todo el mundo y también beneficiarse de sus resultados.
Para concluir quisiera recordar que ya hace más de cien años un ingeniero, Frederick Winslow Taylor, escribió: «La mayoría de estos hombres creen que los intereses fundamentales de los empresarios y de los trabajadores son necesariamente antagónicos. En cambio, la Gestión Científica (Scientific Management) tiene como base la firme convicción de que los verdaderos intereses de ambos son los mismos«, y esta convicción todavía es cierta para que un sistema de gestión empresarial funcione.
Nota: Articulo publicado originalmente en la publicación Fulls dels Enginyers de Octubre de 2016